¿Por qué se producen las rabietas en los niños?

Probablemente te has hecho esta pregunta muchas veces, o incluso has llegado a juzgar si realmente lo estás haciendo bien
Lo cierto es, que no hay mejor prueba de paciencia para los padres que saber afrontar con calma una rabieta de nuestros hijos, pues durante esos momentos, en los que, nuestr@ hij@, encantador y angelical a partes iguales, se convierte en un ser poco menos que sacado del mismísimo inframundo, dominado por el descontrol como si hubiera caído bajo un embrujo satánico sobre él

Gritos, llantos, pataleos e, incluso, agresiones, irrumpen en escena sin ninguna timidez.
Para entender el por qué se producen las rabietas en los niños, Mario, nuestro psicólogo en Educación Infantil y Primaria de nuestro Colegio, nos da estas pautas para entender cómo surgen las rabietas en los niños y, lo más importante, saber cómo evitarlas en nuestro día a día.
Las rabietas en niños son frecuentes entre los 2 y los 5 años, una etapa en la que se empieza a tener voluntad propia y se empieza a cuestionar las normas que establecen los padres.
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Un periodo en el que comienza a forjarse la individualidad, mostrando su carácter y tomando sus decisiones en función de sus preferencias.

Por todo esto, las rabietas en niños no es algo negativo a estas edades, sino que es algo deseable, teniendo que afrontar esta etapa, por nuestra parte, de una forma adecuada, ya que resolver de manera incorrecta estos episodios, puede desembocar en la fijación disfuncional de un comportamiento que puede llegar a convertirse en patológico durante las posteriores etapas del desarrollo.
¿Por qué se producen las rabietas en niños?
Dentro de esta normalidad, las causas pueden ser muy variadas. Al fin y al cabo, la rabieta no es más que la expresión visible de un conflicto entre un deseo y su resolución, pero en ella inciden variables tales como un carácter impulsivo en el niño, tendencia al estrés, carencia de recursos para afrontar situaciones que le frustran o tener un lenguaje poco desarrollado.
De la misma forma, hay otro tipo de variables que pueden explicar la aparición y el mantenimiento de las rabietas en los niños sobre las que los padres pueden actuar en el día a día. Entre ellas se encuentran:


El hecho de que el niño ya se haya acostumbrado a obtener todo lo que quiere mediante este funcionamiento porque, efectivamente, llega a conseguirlo. Los padres por evitar el conflicto, el enfado o la tristeza de su hijo/a, acceden a toda demanda, reforzando así esta conducta. La consecuencia de esto es clara: el niño crece sin saber aceptar los deseos de los demás, condicionando cualquier relación social futura.
Pueden existir problemas de disciplina derivados de la gestión de la situación por parte de los padres, ya sea por no mantenerse firmes en el establecimiento de límites, por ser demasiado autoritarios y estar reprendiendo constantemente o por desacuerdos entre ambos progenitores en la educación.
En ocasiones, los niños recurren a este tipo de conductas porque ven que así obtienen una mayor atención por parte de los padres que, de otra forma, no logran. Su razonamiento no es otro que “mejor tener a mis padres enfadados, pero conmigo, que no tenerlos”.
